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Hacia unos impuestos justos, eficaces y favorables al crecimiento

La UE no interviene directamente en el establecimiento de tipos impositivos ni en la recaudación de impuestos: cada Gobierno nacional decide los importes que pagan los contribuyentes y la manera en que se gastan los impuestos recaudados.

No obstante, la UE supervisa las normas fiscales nacionales en determinados ámbitos, especialmente los relacionados con las políticas de la UE que afectan a las empresas y los consumidores, a fin de:

  • garantizar la libre circulación de mercancías, servicios y capitales en el mercado único de la UE
  • velar por que las empresas de un país no se vean favorecidas injustamente sobre sus competidores en otros países
  • garantizar que los impuestos no discriminen a los consumidores, trabajadores o empresas de otros países de la UE.
  • Síntesis de la legislación de la UE sobre fiscalidad

El mercado único permite el libre intercambio de bienes y servicios a través de las fronteras interiores de la UE. Para facilitar las actividades de las empresas y evitar el falseamiento de la competencia entre ellas, los países de la UE han acordado armonizar las normas sobre los gravámenes de bienes y servicios. Determinados sectores se benefician de acuerdos específicos, como el impuesto sobre el valor añadido (IVA) o los impuestos sobre los productos energéticos y la electricidad, el tabaco y el alcohol.

La UE también colabora con los Estados miembros en la coordinación de las políticas económicas y los impuestos de sociedades y de la renta. Su objetivo es que sean justos, eficaces y favorables al crecimiento, algo fundamental para garantizar una mayor claridad de los impuestos que pagan las personas que se trasladan a otro país de la UE o las empresas que invierten al otro lado de sus fronteras. Esta coordinación también contribuye a prevenir la evasión y la elusión fiscales.