Esta semana se cumple el segundo aniversario de la entrada en vigor del Protocolo de Kioto, cuyo objetivo es reducir paulatinamente las emisiones de gases de efecto invernadero que se consideran la causa del calentamiento del planeta y el cambio climático.
El cambio climático afecta cada vez más a nuestra vida cotidiana. El 16 de febrero de 2005 se reunieron dirigentes de todo el mundo en Kioto (Japón) con el fin de acordar una limitación de la cantidad de gases industriales emitidos por los respectivos países. Algunos declararon su intención de reducir las emisiones, de aquí a 2012, hasta un 8 % de los niveles de 1990. El Protocolo entró en vigor el 16 de febrero de 2005.
La UE está entre los más firmes partidarios del Protocolo y ha demostrado en repetidas ocasiones su compromiso para detener el calentamiento del planeta.
Según ha dicho recientemente Stavros Dimas, Comisario de Medio Ambiente, «Está claro que la lucha contra el cambio climático es mucho más que una batalla. Es una guerra mundial que durará muchos años».
Para reducir sus emisiones y cumplir sus compromisos de Kioto, la UE ha empezado a aplicar ya varias medidas que se concretan en el fomento de energías limpias como la eólica, la solar, la maremotriz y la derivada de la biomasa. Las medidas de eficiencia energética también tienen gran importancia para reducir las emisiones de los gases contaminantes.
Con el lema «En las cosas sencillas está la diferencia», la Comisión inició en 2000 la campaña «Tú controlas el cambio climático». La campaña anima a los europeos a realizar pequeños cambios en su comportamiento diario:bajar la temperatura en sus hogares, utilizar bombillas de bajo consumo, limitar el uso del coche, etc.
El calentamiento del planeta no es sólo un problema europeo y la UE busca la manera de que sus interlocutores en la escena internacional intervengan en la batalla. Entre ellos se encuentra Estados Unidos, país con el que la Unión está intentando dialogar al respecto a pesar de que no ratificó el acuerdo.
El Protocolo de Kioto es sólo un primer paso, pero importante. La UE ha iniciado ya negociaciones con 188 naciones con objeto de aplicar nuevas medidas mundiales contra el cambio climático después de 2012. Los compromisos futuros requieren más financiación para proteger los bosques, desarrollar nuevas tecnologías respetuosas del medio ambiente y fomentar la producción de biocombustibles.
